lunes, 29 de junio de 2009

Capitulo 13




Rashaya después de la furia aplicada contra algunos de sus hijos que caían en las garras de los soldados, sufrió el castigo más feroz de su existencia. Sus humildes casas de piedras talladas y de techos de barro, estaba en llamas, salvo algunas iglesias históricas… sus hijos que alcanzaron salvar sus vidas con sus familias, la miraban desde las colinas que la rodean, y veían a su amado pueblo ardiendo, parecía un infierno… el color rojo de las llamas, invadía el color negro de la noche, los sueños se convirtieron en cenizas, la perdida de sus seres queridos nunca serán recuperadas…

Aquellos niños inocentes del fortín jamás fueron olvidados. El terror de la guerra nadie lo puede sentir como los que la viven en carne propia… borrar aquellas imágenes es imposible… las heridas no son solamente externas, sino internas también,… el sufrimiento tortura por dentro, maltrata los tejidos de nuestros sentimientos… el que recibe un golpe nunca se le olvida, pero el que lo da, posiblemente si…

Quedaron los recuerdos, las sonrisas, las alegrías, las bodas, los nacimientos, las fiestas religiosas, las reuniones para hacer comidas y compartir con los familiares… la fiesta del trigo y las cosechas, la siembra de los terruños, las noches de las uvas para sacar de su jugo la famosa miel de uvas… las noches para curtir la leche para convertirla en queso, las preparaciones para el invierno… Recuerdos agradables acompañados por las imágenes de los caídos…

Los ojos humedecidos y bañados por sus propias lágrimas, brillaban y reflejaban la luz del fuego que devoraba las casas del pueblo, una noche inolvidable, una noche asesina, una noche primaveral de 1925…

Antes del amanecer, Ali toma la mano de su madre y la mueve… el corazón de una madre es una maquina de sentimientos, una madre nunca duerme, su mente y sus sentimientos están siempre alertas… Tej abre sus ojos poniendo su mano en la frente de Ward… para un instante pensaba que se le había bajado la fiebre, pero hay algo que no le gustó, era más fría de lo normal.

La invadió un pavor escalofriante, se enderezo rápidamente, levantó a su hija, trató de verle la cara, la ausencia de la luz le impedía verla… pero su corazón detectaba lo que no quería confirmar… lo que no quería ver y sentir: aquella corazonada horrible que sintió en la casa volvió a pasar por su cabeza…

Salió de la cueva, trató de entender lo que estaba sucediendo… Ward ya no movía sus manos, Ward dejo de mirar con su ojos alegres, Ward dejo de repartir su sonrisa angelical, Ward ya estaba en los últimos pasos hacia la libertad absoluta, no quiso hacerlo sin despedirse de su hermano Ali que se aferraba a su mano durante toda la noche, y tampoco de su madre que estaba vigilando su estado… Ward quería verlos por última vez… le entró un animo para corto tiempo, levantó su pequeña cabeza, la giró hacia su hermano Ali, miró a su madre y sus ojos quedaron frías mirando hacia el infinito…

La muerte de Ward sorprendió a todos…. Ward partió, no sin antes dejar sus huellas en el corazón de su hermano y su madre para toda la vida… el ángel sonriente dejó de existir llevando en su memoria la imagen de su madre y su hermanito que la acompañaron toda la noche…

Ward descansó de las dificultades que esperaban a su familia, Ward sintió la desaparición de su padre y parece que lo quiso acompañar…

Su madre la abrazó tratando de darle vida… Ali repetía su nombre desesperado… todo era en vano… el viaje de la muerte inició su marcha, llevó bajo sus alas al ángel, a la dulce Ward…


Tej con su hijo Ali, acompañados por el señor que trataba de sacarlos de la cueva enterraron a Ward… acostaron su pequeño cuerpo en un hueco, y con cada ola de tierra que se caía encima del cuerpo sin vida envuelto por una manta, Tej enterraba su felicidad y se hundía mas y mas en su dolor… la dejaron descansar en paz, y aquella mujer tuvo que abrir su camino en la vida, sin su esposo Kattar y sin su ángel preferido Ward…

miércoles, 17 de junio de 2009

Capitulo 12

Se empeoraba la salud de Ward, su cuerpo estaba muy caliente, sus labios estaban morados… su mirada alegre y sus lindos ojos eran fríos… su cara angelical parecía otra, miraba a las caras que la rodeaban con una mirada profunda y lejana… parecía despidiéndose de sus hermanas y hermanos…

Ali estaba al lado de su madre y no miraba sino a Ward, cuando lloraba y mandaba aquel mensaje de despedida, su madre sentía que su corazón se partía en fragmentos… hablaba con ella y acariciaba su pelo castaño, pero la niña Ward, como nunca molestó en los días buenos, parece ser que no quiso ser una carga en los días malos…

La noche afuera cubría todo, hasta la luna aquella noche salía tímidamente, su luz se interrumpía con el paso de algunas nubes… había una brisa desagradable, el silencio de la cueva fue sordo, feo, monstruoso… el miedo era lo único que reinaba…

El hombre suspiraba mostrando su inconformidad con la presencia de Tej y sus hijos… Tej sabía que no quería aquel “cercano” de la familia, que Ella estuviera más tiempo allí… la esposa de aquel cobarde hombre trataba de ayudar a cargar a Ward, pero la niña ya entraba en un estado raro….

Tej entendió que lo que esta escrito tiene que suceder… y con un esfuerzo, dirigió su palabra hacia el señor, y con la sabiduría histórica heredada desde miles de años, con el corazón de una madre que le decía muchas cosas y con lo que veía en los ojos de despidida de Ward que transmitían el mensaje inevitable:

- la niña no amanecerá… dijo con su voz de una madre que su corazón moría y sus ojos lloraban y su respiración se agitaba.

Ali recibió estas palabras como si fueran un rayo que lo partió en dos… tomó la mano de su hermana, se la acerco hacia su cara inundada de lágrimas, le dio varios besos… Ward lo miró detenidamente, y con todo lo que le pasaba, se sonrió…

Tej tomo la niña y la acomodó encima de una colchoneta de lana pequeña, la cubrió con una cobija, se acostó a su lado para tranquilizarla… Ali, del otro lado tomó el piso frió de la cueva… agarró la mano fría de su hermana y su mirada estaba dirigida hacia aquellos amados ojos…

Los corazones cuando estan cerca, se comunican…
Transmiten lo que sienten y los ojos son el medio de expresar…
El roce de la piel es un medio que transmite, a pesar de la angustia, una paz y una sensación de protección…
Cuando una mano de recién nacido abraza un solo dedo de nuestras manos, acaricia así el corazón y su alma…
Acaricia nuestra existencia…
Alineación al centro

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miércoles, 10 de junio de 2009

Capitulo 11

El joven de ojos azules llamado Hani, con su hermana de dos años, observaba todo con el miedo que lo invadía… pero la suerte le tenía una sorpresa, por la misma cantidad de gente, por el mismo desorden mezclado con los gritos de todos, eso era como una torre de Babel, ordenes en francés, suplicas en árabe, fusiles descargando su furia en cuerpos indefensos…

Los bultos de arena del paredón salpicados de sangre, cuerpos agonizantes amontonados… reinaba el olor de la muerte en el lugar… Hani quedó cerca de la salida secreta a través del estrecho callejoncito… los vigilantes desconcertados, los soldados inquietos, Hani aprovechó el momento para salvar su vida y la de su hermana…

En el momento de una nueva descarga durante la cual los fusiles lanzaban la muerte por sus boquillas, Hani se metió en el callejón… no miraba hacia atrás, antes de hacer el salto peligroso, procuró que no había nadie vigilando, agarró a su hermana, la bajo primero, después se deslizó por las piedras y en aquel instante, su oído recibe el terrible silbido de una bala con un grito: “¿todavía hay drusos por aquí?- gritó un colaborador (mercenario) libanes... Hani, agarró a su hermana y se perdió bajándose entre los pinos…

La casa estaba cerca, sabia que su madre lo estaba buscando… tocó a la puerta… nadie abrió… pero si la puerta de la vecina católica, que toda la vida era como parte de la familia se abrió, y él vio la cara de su angustiada madre, que no podía creer lo que veía… era Hani con la pequeña Zihr… la lagrimas llenaron sus mejillas… verlos vivos era algo que no lo esperaba… creer en lo que sus ojos veían era difícil… solo el calor de sus caras percibidos por aquellos besos mezclados con un largo suspiro, la hizo creer que lo tenía entre sus brazos…

- ponga esta ropa… vamos a salir ya… la vecina no nos puede proteger mas… me prestó un velo negro para cubrir mi cabeza y así aparentar como católica… y tu saludaras en francés a los soldados del reten… toda nerviosa le dio a Hani las instrucciones.

Se despidieron de la vecina y tomaron su rumbo hacia lo desconocido… pero Hani todo el camino tenía aquellas imágenes de la masacre dentro del fortín, todos sin excepción fueron aniquilados, no sirvieron las lágrimas ni las suplicas de aquellos niños, nada los salvó…

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