La cueva-refugio que buscaba Tej estaba a poca distancia de lo que faltaba del eterno camino… Eran las horas de la tarde de aquel largo y inolvidable día… el sol primaveral iniciaba su despedida, su lento descenso atrás de las montañas marcaba el cielo y pintaba las pocas nubes con colores rosados tirando hacia un rojizo claro…
Tej todo el tiempo estaba pendiente de sus pasos y de la cara expresiva de Ward, la fiebre que atacaba su pequeño cuerpo no cedía… por lo tanto aquella sensible criatura se debilitaba, lloraba de vez en cuando, su voz era tenue y se le notaba su desespero. Nunca Ella estaba en esta situación, nunca la vieron tan enferma durante todos estos cortos seis meses…
Al llegar a la entrada de la famosa cueva, encontró que alguien se la había adelantado… sentía un alivio al encontrar gente en aquel lugar y que no se quedaba sola con sus pequeños… y de repente, sale un señor con una cara familiar, pero asustado, seguido por la esposa, se acercaron y recibieron a la niña enferma, el señor la ayudo a bajar al resto…
Eran del pueblo y conocían quien era Tej… entraron a la cueva y la preocupación era Ward, le dieron un sorbo de agua y su madre trató de darle otra vez leche… no podía controlar sus lagrimas mientras les comentaba lo que le había pasado…
Ward resistía y volteaba su cara expresando la falta de apetito que tenía, su voz cada vez era más débil… el hombre estaba desesperado, tenía miedo que alguien viera a los caballos afuera, tenía miedo que los franceses siguieran a esta mujer, la esposa del líder…..
- Tej, ¿porqué no sigues el camino con tus hijos, y vas al pueblo aledaño, si se dan cuenta los franceses de presencia, nos mataran a todos…? pidió aquel hombre sin mirarla a la cara.
la vida da vueltas, los “amigos” del ayer, en muchas ocasiones, son los primeros en dar la espalda a uno cuando los necesita… no todos los hombres tiene la misma valentía…. por lo tanto Tej tenia que tomar una decisión y no mostrarle miedo. Pero sentía también la necesidad de descansar, darle una tregua a su cuerpo sin comida todo el día, darles a los niños un descanso, y tratar de ganar tiempo para ver como seguía Ward, aunque ella tenía un presentimiento muy amargo por dentro…
Los soldados en el fortín tomaban a los hombres adultos y los separaron para amarrar sus manos… los separaban en grupos de diez, el pelotón tomaba su posición frente al paredón… se dio la primera orden, una ola de balas a corta distancia choca contra aquellos cuerpos indefensos… de los cuerpos agonizantes escurría la sangre fluyendo de los orificios causadas por el plomo… se preparaban para la otra orden y para otras víctimas más… los niños aterrorizados miraban a sus padres camino hacia el paredón…. otra ola de fuego… otros hombres tendidos…
los soldados recibían las ordenes, pero son seres humanos, por mas asesinos que podrían ser, la imagen de la muerte siempre los afecta… se les notaba la inconformidad, estaban vengando la sangre de sus compañeros, pero en el medio están los niños llorando y gritando… ver a aquellas criaturas en esa situación es una imagen que los acompañará dentro de sus recuerdos para toda la vida… recuerdos que les dejaran huellas dentro de su ser, una pesadilla permanente que los llevará hasta el borde de la locura…. ¿pero quién podía detener aquella cruel masacre?, ¿Quién podía oponerse a las ordenes dadas por los generales?, ¿acaso no siempre se justifica la muerte de mucha, muchísima gente, diciendo que en la guerra no se puede pensar en los que mueren, le guerra es guerra?...
Tej todo el tiempo estaba pendiente de sus pasos y de la cara expresiva de Ward, la fiebre que atacaba su pequeño cuerpo no cedía… por lo tanto aquella sensible criatura se debilitaba, lloraba de vez en cuando, su voz era tenue y se le notaba su desespero. Nunca Ella estaba en esta situación, nunca la vieron tan enferma durante todos estos cortos seis meses…
Al llegar a la entrada de la famosa cueva, encontró que alguien se la había adelantado… sentía un alivio al encontrar gente en aquel lugar y que no se quedaba sola con sus pequeños… y de repente, sale un señor con una cara familiar, pero asustado, seguido por la esposa, se acercaron y recibieron a la niña enferma, el señor la ayudo a bajar al resto…
Eran del pueblo y conocían quien era Tej… entraron a la cueva y la preocupación era Ward, le dieron un sorbo de agua y su madre trató de darle otra vez leche… no podía controlar sus lagrimas mientras les comentaba lo que le había pasado…
Ward resistía y volteaba su cara expresando la falta de apetito que tenía, su voz cada vez era más débil… el hombre estaba desesperado, tenía miedo que alguien viera a los caballos afuera, tenía miedo que los franceses siguieran a esta mujer, la esposa del líder…..
- Tej, ¿porqué no sigues el camino con tus hijos, y vas al pueblo aledaño, si se dan cuenta los franceses de presencia, nos mataran a todos…? pidió aquel hombre sin mirarla a la cara.
la vida da vueltas, los “amigos” del ayer, en muchas ocasiones, son los primeros en dar la espalda a uno cuando los necesita… no todos los hombres tiene la misma valentía…. por lo tanto Tej tenia que tomar una decisión y no mostrarle miedo. Pero sentía también la necesidad de descansar, darle una tregua a su cuerpo sin comida todo el día, darles a los niños un descanso, y tratar de ganar tiempo para ver como seguía Ward, aunque ella tenía un presentimiento muy amargo por dentro…
Los soldados en el fortín tomaban a los hombres adultos y los separaron para amarrar sus manos… los separaban en grupos de diez, el pelotón tomaba su posición frente al paredón… se dio la primera orden, una ola de balas a corta distancia choca contra aquellos cuerpos indefensos… de los cuerpos agonizantes escurría la sangre fluyendo de los orificios causadas por el plomo… se preparaban para la otra orden y para otras víctimas más… los niños aterrorizados miraban a sus padres camino hacia el paredón…. otra ola de fuego… otros hombres tendidos…
los soldados recibían las ordenes, pero son seres humanos, por mas asesinos que podrían ser, la imagen de la muerte siempre los afecta… se les notaba la inconformidad, estaban vengando la sangre de sus compañeros, pero en el medio están los niños llorando y gritando… ver a aquellas criaturas en esa situación es una imagen que los acompañará dentro de sus recuerdos para toda la vida… recuerdos que les dejaran huellas dentro de su ser, una pesadilla permanente que los llevará hasta el borde de la locura…. ¿pero quién podía detener aquella cruel masacre?, ¿Quién podía oponerse a las ordenes dadas por los generales?, ¿acaso no siempre se justifica la muerte de mucha, muchísima gente, diciendo que en la guerra no se puede pensar en los que mueren, le guerra es guerra?...