sábado, 30 de mayo de 2009

Capitulo 10

La cueva-refugio que buscaba Tej estaba a poca distancia de lo que faltaba del eterno camino… Eran las horas de la tarde de aquel largo y inolvidable día… el sol primaveral iniciaba su despedida, su lento descenso atrás de las montañas marcaba el cielo y pintaba las pocas nubes con colores rosados tirando hacia un rojizo claro…

Tej todo el tiempo estaba pendiente de sus pasos y de la cara expresiva de Ward, la fiebre que atacaba su pequeño cuerpo no cedía… por lo tanto aquella sensible criatura se debilitaba, lloraba de vez en cuando, su voz era tenue y se le notaba su desespero. Nunca Ella estaba en esta situación, nunca la vieron tan enferma durante todos estos cortos seis meses…

Al llegar a la entrada de la famosa cueva, encontró que alguien se la había adelantado… sentía un alivio al encontrar gente en aquel lugar y que no se quedaba sola con sus pequeños… y de repente, sale un señor con una cara familiar, pero asustado, seguido por la esposa, se acercaron y recibieron a la niña enferma, el señor la ayudo a bajar al resto…

Eran del pueblo y conocían quien era Tej… entraron a la cueva y la preocupación era Ward, le dieron un sorbo de agua y su madre trató de darle otra vez leche… no podía controlar sus lagrimas mientras les comentaba lo que le había pasado…

Ward resistía y volteaba su cara expresando la falta de apetito que tenía, su voz cada vez era más débil… el hombre estaba desesperado, tenía miedo que alguien viera a los caballos afuera, tenía miedo que los franceses siguieran a esta mujer, la esposa del líder…..

- Tej, ¿porqué no sigues el camino con tus hijos, y vas al pueblo aledaño, si se dan cuenta los franceses de presencia, nos mataran a todos…? pidió aquel hombre sin mirarla a la cara.

la vida da vueltas, los “amigos” del ayer, en muchas ocasiones, son los primeros en dar la espalda a uno cuando los necesita… no todos los hombres tiene la misma valentía…. por lo tanto Tej tenia que tomar una decisión y no mostrarle miedo. Pero sentía también la necesidad de descansar, darle una tregua a su cuerpo sin comida todo el día, darles a los niños un descanso, y tratar de ganar tiempo para ver como seguía Ward, aunque ella tenía un presentimiento muy amargo por dentro…

Los soldados en el fortín tomaban a los hombres adultos y los separaron para amarrar sus manos… los separaban en grupos de diez, el pelotón tomaba su posición frente al paredón… se dio la primera orden, una ola de balas a corta distancia choca contra aquellos cuerpos indefensos… de los cuerpos agonizantes escurría la sangre fluyendo de los orificios causadas por el plomo… se preparaban para la otra orden y para otras víctimas más… los niños aterrorizados miraban a sus padres camino hacia el paredón…. otra ola de fuego… otros hombres tendidos…


los soldados recibían las ordenes, pero son seres humanos, por mas asesinos que podrían ser, la imagen de la muerte siempre los afecta… se les notaba la inconformidad, estaban vengando la sangre de sus compañeros, pero en el medio están los niños llorando y gritando… ver a aquellas criaturas en esa situación es una imagen que los acompañará dentro de sus recuerdos para toda la vida… recuerdos que les dejaran huellas dentro de su ser, una pesadilla permanente que los llevará hasta el borde de la locura…. ¿pero quién podía detener aquella cruel masacre?, ¿Quién podía oponerse a las ordenes dadas por los generales?, ¿acaso no siempre se justifica la muerte de mucha, muchísima gente, diciendo que en la guerra no se puede pensar en los que mueren, le guerra es guerra?...

miércoles, 20 de mayo de 2009

Capitulo 9




El fortín, al tener aplastado el levantamiento, se preparó para la otra etapa… la etapa típica de los colonizadores llámense como se llamen: la humillación de los pueblos, la tortura de sus cuerpos y almas, la desaparición violenta, el sometimiento, el genocidio, y todas estas prácticas son justificadas por el “fin”…

La entrada al fortín tenía su puerta tirada semidestruida por el fuego, su cuerpo transpiraba humo asfixiante, un sabor amargo se unía a la amargura de aquella fila india que entraba con pasos lentos.

Alrededor se veían cuerpos tirados de personas conocidas, familiares y compañeros… los niños estupefactos contemplaban estas imágenes que no conocían antes; sus verdugos, los dirigían como una manada de ganado hacia la carnecería.

Era una costumbre muy común ese tipo de estrategias para sembrar el terror… en aquel tiempo, no existían las oficinas de los Derechos Humanos… y ¿de qué humanos estamos hablando, si se trataba de unos pueblos del lejano o del medio oriente?, ¿acaso en África no llevaban a los esclavos en barcos hacia América, y los regaban por todas partes del mundo como si fueran mercancía sin ningún tipo de derechos?, ¿acaso no existían perros y gatos en muchas casas reales y aristócratas que comían y siguen comiendo mejor que muchos humanos?, ¿cual es el problema en fusilar y masacrar cien, doscientas, mil personas de esta categoría inferior humana?.... lo importante es, que las ordenes se cumplan.

Hay que entender también, que solamente las madres de los franceses son las que sienten y lloran… las madres de aquellos pueblos del oriente son unas mujeres que no sienten, ni lloran a sus hijos… además sus hijos no son tan importantes como el resto de los hijos del “mundo civilizado”… si, es así de cruel… pero lo que occidente ignora, y hasta el momento, que los del “allá” son de carne y piel…

En la fila se encontraba un joven de ojos azules llamado Hani de nueve año, cargaba en su espalda a su hermana de dos… entró a la fila por mala suerte, porque en aquella noche se encontraban donde su abuela y querían volver a su casa para saber de su madre… los franceses al verlo le hicieron la seña para entrar en la fila… pero al llegar al fortín el quería seguir su camino… los franceses le prohibieron salir del grupo, le mostraron que tenia que seguir atrás de los demás.

Él sintió el olor de lo que se cocinaba… veía varios grupos formados que esperaban frente a un muro que tenia fama…. supo que los soldados los preparaban para el fusilamiento… Él conocía el fortín muy bien, venia con mucha frecuencia para estudiar francés con los soldados, tenía muchas ganas de aprender, aprendió el árabe literario escribiendo y practicando sus complicadas escrituras y reglas utilizando el papel de las bolsas de las tiendas…

De repente se acordó de una salida pequeña secreta a través de un callejoncito muy estrecho que se daba a un quebradizo lleno de pinos tupidos; por esta puerta insignificante y secreta, los soldados se escapaban de vez en cuando… Él sabía sobre su existencia, porqué, en muchas ocasiones, le tocaba arriesgar su vida saliendo por ella para que los tenientes no lo agarraran adentro… era prohibido la presencia de foráneos !!!??.

Miraba alrededor para ver a sus amigos soldados, no encontraba a ninguno, seguía con pasos débiles por el miedo y trataba de quedarse de último, pensando en la salida secreta, es la única salvación…

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domingo, 10 de mayo de 2009

Capitulo 8

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Después de un periodo de tiempo, subiendo una colina de difícil acceso que quedaba frente a Rashaya, miró Tej hacia atrás para encontrar que el pueblo estaba sufriendo el salvajismo y la ferocidad del los colonialistas…

Se veía el humo saliendo de las casas alcanzadas por el peine (en el idioma militar) de los soldados… paró la marcha, su corazón latía fuertemente, no podía entender lo que sucedía en aquel momento, no podía creer las imágenes que sus ojos recibían, su pueblo, sus familiares, sus queridos amigos y cercanos, sus recuerdos y sueños se evaporaban, dejaron de existir y para siempre… se sentó para recuperar el aliento, porque la carga nerviosa, con el hambre y la sed se apoderaban de ella…

- “Madre, Ward se siente mal”- interrumpió los hilos de su pensamiento, la voz de su hijo mayor Ali…

La niña alegre de la sonrisa permanente tenía la cara pálida… temblaba y miraba a su madre con ojos tristes… la madre pensó que de pronto se debe a la falta de comida… la recibió para darle su comida materna, la niña trataba de complacer a su madre, su cara amarilla estaba muy caliente, tenia fiebre, y seguía temblando…

En aquella época nadie entendía que los niños reciben la angustia desde el primer momento de su nacimiento… los niños nos hablan con su mirada al nacer, se comunican a través de sonrisas, gestos y lagrimas… sienten las preocupaciones y las tensiones de su entorno, también sienten la perdida de un ser querido… manejan el concepto de la energía existente en el ambiente…

Tej sentía que el ánimo de su hija estaba en decadencia, trató de darle mas leche pero fue en vano… el tiempo estaba corriendo y había que alcanzar una cueva en la cual todos los aledaños se refugiaban en sus viajes… hay que llegar antes de la noche para no correr el riesgo de encontrar algún ser salvaje fuera de los soldados… ella estaba con sus pequeños sin defensa y necesitaba darles refugio para poder también atender con calma a Ward. Siguió su camino y Ward estaba en sus brazos contemplando su cara con sus ojos tristes esta vez…

Se agotaron las municiones. Los hombres del levantamiento, que quedaron vivos con sus armas convertidas en instrumentos de hierro y madera, empezaron su retirada para escapar del pueblo… un arma sin su munición, sirve para un museo y para decoración…

La fila india de los hombres acompañados por sus hijos barones cada vez era más numerosa… los pies descalzos de aquellos pequeños era la causa de un dolor más en el corazón de sus padres al verlos humillados de esta manera…

La rabia por la impotencia es demoledora, y las manos fuertes de un campesino dejaron de ser útiles frente a las nuevas máquinas de la guerra…

El ser humano con su capacidad de razonar, algo que supuestamente lo diferencia de los otros seres, creó mecanismos para su propia destrucción… los “humanos” con su malicia se encargaron de crear su propia desgracia en la vida: la máquina de la guerra, las herramientas de la muerte, como también, las estrategias de la humillación… nada raro, el “humano” es así, porque es “humano” y supuestamente “razona”…

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sábado, 2 de mayo de 2009

Capitulo 7°

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El contingente entró al pueblo con unas pérdidas inesperadas… los hombres del levantamiento tenían buena puntería… y la valentía los hacía casi invencibles, aun con las pocas municiones que les quedaba… no le tenían miedo a la muerte, temían únicamente a la humillación…

Los carros militares apagaron sus ruidosos motores… los soldados y por ordenes mayores, entraban a las casas y capturaban a todos los hombres, sin importar la edad… los colocaban a todos en fila india, cualquier intento de resistencia, fusilaban a la persona inmediatamente… los dirigieron a todos hacia la plaza del fortín…

Con los pasos pesados y con el miedo a los soldados que pateaban las puertas de las casas, y sacaban en el camino al resto de la población, fusilaban a los que resistían y empujaban a las mujeres que se aferraban a sus hijos, a punto de golpes y patadas y en ocasiones las fusilaban también…

Mostraban los franceses, no solamente su miedo sino también su salvajismo, “el ser humano es el único ser que mata por matar…”, decía alguien… y el victimario siempre es cobarde… siempre el miedo lo rodea… lo enferma… y lo destroza internamente.

el pueblo estaba rodeado… la incertidumbre y el terror hacían su efecto en la mirada de los niños indefensos que no entendían el porqué de todo esto… no entendían porque son sacados de sus lechos, arrancados de los brazos de sus madres, sin permitirles por lo menos despedirse de ellas… sus lagrimas que acompañaban sus voces entrecortadas de gritos sofocados por el miedo, rogaban a los soldados, que los jalaban por el pelo para seguir a los demás niños descalzos… suplicaban para dejarlos volver a sus casas, a los brazos de sus madres, aquellos gritos suplicas nunca tuvieron respuesta…

los niños no saben de guerras, pero sí, la sufren… los niños no saben de estrategias políticas o militares, pero sí, pagan sus vidas para que los invasores lleguen al “fin que justifica los medios”… los niños no tienen odios, pero las circunstancias los llevan a tenerlos… ninguna humillación pasa de desapercibida, de una manera u otra se manifiesta en el futuro en la actitud y la conducta… las palabras tienen mas efecto que el filo de un sable y las injusticias son la causa principal de la violencia, es el caldo de cultivo donde crece y toma forma…

Tej llega a su casa, las lágrimas ya no salían, se reflejaban con dolor en su garganta, el dolor que sentía la hacía llorar por dentro… su respiración agitada era notoria, los pequeños la estaban esperando… Ward no la recibió con la sonrisa de siempre, se refugiaba en los brazos de su hermano mayor… parecía saber que su madre no tenía tiempo para ella…

Ward nunca causo molestia, lloraba menos que los otros niños, dormía mas tiempo, su sombra era muy liviana dentro de la casa, se enfermaba menos que el resto de sus hermanas y hermanos… Khattar se preocupaba por esta manera de ser, al fin y al cabo se percibía en la casa que la presencia de Ward era como la del ángel, siempre para ayudar…

La madre de Ward agarró todo lo que había preparado, se dirigió hacia el caballo, puso a sus hijos encima… entregó a Ward a su hermano mayor, y en este instante apareció el otro caballo de Khattar… esta vez sin su jinete, triste y humillado, con pasos tranquilos, y se paró al frente mirando a la familia… sentía la pérdida de su dueño… volvió a su lugar de siempre, parecía cumplir con otra promesa, seguir ayudando a la familia…

Tej lo toma y lo acaricia, el caballo pone su cabeza en su hombro, como si fuera dando el pésame y compartiendo el dolor con ella… y así, ella empezó su odisea, bajando los senderos rocosos para salir lo mas rápido posible antes de que el cerco de los soldados franceses cerrara sus mandíbulas y les prohibiera la salida…
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