sábado, 2 de mayo de 2009

Capitulo 7°

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El contingente entró al pueblo con unas pérdidas inesperadas… los hombres del levantamiento tenían buena puntería… y la valentía los hacía casi invencibles, aun con las pocas municiones que les quedaba… no le tenían miedo a la muerte, temían únicamente a la humillación…

Los carros militares apagaron sus ruidosos motores… los soldados y por ordenes mayores, entraban a las casas y capturaban a todos los hombres, sin importar la edad… los colocaban a todos en fila india, cualquier intento de resistencia, fusilaban a la persona inmediatamente… los dirigieron a todos hacia la plaza del fortín…

Con los pasos pesados y con el miedo a los soldados que pateaban las puertas de las casas, y sacaban en el camino al resto de la población, fusilaban a los que resistían y empujaban a las mujeres que se aferraban a sus hijos, a punto de golpes y patadas y en ocasiones las fusilaban también…

Mostraban los franceses, no solamente su miedo sino también su salvajismo, “el ser humano es el único ser que mata por matar…”, decía alguien… y el victimario siempre es cobarde… siempre el miedo lo rodea… lo enferma… y lo destroza internamente.

el pueblo estaba rodeado… la incertidumbre y el terror hacían su efecto en la mirada de los niños indefensos que no entendían el porqué de todo esto… no entendían porque son sacados de sus lechos, arrancados de los brazos de sus madres, sin permitirles por lo menos despedirse de ellas… sus lagrimas que acompañaban sus voces entrecortadas de gritos sofocados por el miedo, rogaban a los soldados, que los jalaban por el pelo para seguir a los demás niños descalzos… suplicaban para dejarlos volver a sus casas, a los brazos de sus madres, aquellos gritos suplicas nunca tuvieron respuesta…

los niños no saben de guerras, pero sí, la sufren… los niños no saben de estrategias políticas o militares, pero sí, pagan sus vidas para que los invasores lleguen al “fin que justifica los medios”… los niños no tienen odios, pero las circunstancias los llevan a tenerlos… ninguna humillación pasa de desapercibida, de una manera u otra se manifiesta en el futuro en la actitud y la conducta… las palabras tienen mas efecto que el filo de un sable y las injusticias son la causa principal de la violencia, es el caldo de cultivo donde crece y toma forma…

Tej llega a su casa, las lágrimas ya no salían, se reflejaban con dolor en su garganta, el dolor que sentía la hacía llorar por dentro… su respiración agitada era notoria, los pequeños la estaban esperando… Ward no la recibió con la sonrisa de siempre, se refugiaba en los brazos de su hermano mayor… parecía saber que su madre no tenía tiempo para ella…

Ward nunca causo molestia, lloraba menos que los otros niños, dormía mas tiempo, su sombra era muy liviana dentro de la casa, se enfermaba menos que el resto de sus hermanas y hermanos… Khattar se preocupaba por esta manera de ser, al fin y al cabo se percibía en la casa que la presencia de Ward era como la del ángel, siempre para ayudar…

La madre de Ward agarró todo lo que había preparado, se dirigió hacia el caballo, puso a sus hijos encima… entregó a Ward a su hermano mayor, y en este instante apareció el otro caballo de Khattar… esta vez sin su jinete, triste y humillado, con pasos tranquilos, y se paró al frente mirando a la familia… sentía la pérdida de su dueño… volvió a su lugar de siempre, parecía cumplir con otra promesa, seguir ayudando a la familia…

Tej lo toma y lo acaricia, el caballo pone su cabeza en su hombro, como si fuera dando el pésame y compartiendo el dolor con ella… y así, ella empezó su odisea, bajando los senderos rocosos para salir lo mas rápido posible antes de que el cerco de los soldados franceses cerrara sus mandíbulas y les prohibiera la salida…
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2 comentarios:

Campanita de BarZaires dijo...

Las guerras no deberían existir nunca, jamás la mirada de los niños deberían retener en sus pupilas el horror y la incertidumbre de una espera que no se sabe muy bien a donde lleva, tanta crueldad mata antes de estar uno muerto, con cada paso de tus escritos se me encoje un poquito más el corazón, es como vivirlo de cerca pero muy lejos de sentir esa realidad que abruma en cada palabra, porque nada comparado como la que vivieron los protagonistas de la historia, es todo muy duro y las palabritas se me agolpan sin poder salir, nos lo haces sentir porque el dolor sobresale de lo escrito.
un beso muy grande Aleksander.

Aleksander Nagi dijo...

… Mi estimada Campanita
… la impotencia que acompaña el miedo, se convierte en una sensación tan dura, que la mente deja su función, y la razón queda en blanco.
… el dolor, las lágrimas, los gritos, la zozobra, es el caos.
… lo único que deja la guerra son cicatrices que muy pocas veces son olvidadas.
… es sembrar el dolor, para cosechar más dolor.
… gracias por estar aquí.
… gracias por soportar mis tristes letras.
… gracias por existir.
… besos y abrazos.