miércoles, 20 de mayo de 2009

Capitulo 9




El fortín, al tener aplastado el levantamiento, se preparó para la otra etapa… la etapa típica de los colonizadores llámense como se llamen: la humillación de los pueblos, la tortura de sus cuerpos y almas, la desaparición violenta, el sometimiento, el genocidio, y todas estas prácticas son justificadas por el “fin”…

La entrada al fortín tenía su puerta tirada semidestruida por el fuego, su cuerpo transpiraba humo asfixiante, un sabor amargo se unía a la amargura de aquella fila india que entraba con pasos lentos.

Alrededor se veían cuerpos tirados de personas conocidas, familiares y compañeros… los niños estupefactos contemplaban estas imágenes que no conocían antes; sus verdugos, los dirigían como una manada de ganado hacia la carnecería.

Era una costumbre muy común ese tipo de estrategias para sembrar el terror… en aquel tiempo, no existían las oficinas de los Derechos Humanos… y ¿de qué humanos estamos hablando, si se trataba de unos pueblos del lejano o del medio oriente?, ¿acaso en África no llevaban a los esclavos en barcos hacia América, y los regaban por todas partes del mundo como si fueran mercancía sin ningún tipo de derechos?, ¿acaso no existían perros y gatos en muchas casas reales y aristócratas que comían y siguen comiendo mejor que muchos humanos?, ¿cual es el problema en fusilar y masacrar cien, doscientas, mil personas de esta categoría inferior humana?.... lo importante es, que las ordenes se cumplan.

Hay que entender también, que solamente las madres de los franceses son las que sienten y lloran… las madres de aquellos pueblos del oriente son unas mujeres que no sienten, ni lloran a sus hijos… además sus hijos no son tan importantes como el resto de los hijos del “mundo civilizado”… si, es así de cruel… pero lo que occidente ignora, y hasta el momento, que los del “allá” son de carne y piel…

En la fila se encontraba un joven de ojos azules llamado Hani de nueve año, cargaba en su espalda a su hermana de dos… entró a la fila por mala suerte, porque en aquella noche se encontraban donde su abuela y querían volver a su casa para saber de su madre… los franceses al verlo le hicieron la seña para entrar en la fila… pero al llegar al fortín el quería seguir su camino… los franceses le prohibieron salir del grupo, le mostraron que tenia que seguir atrás de los demás.

Él sintió el olor de lo que se cocinaba… veía varios grupos formados que esperaban frente a un muro que tenia fama…. supo que los soldados los preparaban para el fusilamiento… Él conocía el fortín muy bien, venia con mucha frecuencia para estudiar francés con los soldados, tenía muchas ganas de aprender, aprendió el árabe literario escribiendo y practicando sus complicadas escrituras y reglas utilizando el papel de las bolsas de las tiendas…

De repente se acordó de una salida pequeña secreta a través de un callejoncito muy estrecho que se daba a un quebradizo lleno de pinos tupidos; por esta puerta insignificante y secreta, los soldados se escapaban de vez en cuando… Él sabía sobre su existencia, porqué, en muchas ocasiones, le tocaba arriesgar su vida saliendo por ella para que los tenientes no lo agarraran adentro… era prohibido la presencia de foráneos !!!??.

Miraba alrededor para ver a sus amigos soldados, no encontraba a ninguno, seguía con pasos débiles por el miedo y trataba de quedarse de último, pensando en la salida secreta, es la única salvación…

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1 comentario:

Campanita de BarZaires dijo...

Esta vez aún se me quedó más el corazón encojido,9 años ¿dónde se quedaron los juegos? y lo que le corresponde a un niño de esa edad, en cada paso me cuesta avanzar y es porque no soy capaz de entender estas cosas.
Un besito muy grande Aleksander...la música es preciosa.