martes, 28 de abril de 2009

Capitulo 6

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Los franceses, con toda su experiencia en las guerras, estaban a punto de perder el fortín. Pero la ayuda estaba en camino, les dieron órdenes para que resistieran… Por el otro lado, cada vez eran menos los hombres del levantamiento, muchos trataban de tapar sus heridas, otros estaban con la misma mirada congelada de Khattar, otros, buscaban como salir con vida, el levantamiento estaba en problemas serios.

Se les agotaron las municiones… aun que estaban a punto de ganar, el destino les jugó mal... nunca pensaron que en aquel día, un refuerzo militar estaba en camino a Rashaya para seguir después hacia Siria.

Les avisaron que el contingente ya estaba cerca… Un grupo pequeño de los miembros del levantamiento, con los pocos municiones que les quedaban dejaban la zona del fortín y tomaron otras posiciones para tratar de hacerle perder al contingente en camino algunos hombres… sembrarles el pánico….pero toda estrategia que estaba en mente tenía un solo destino: el fracaso… Khattar estaba acostado en aquel callejón que frecuentaba todos los días. Él no podía disfrutar más de las rosas y los jazmines que lo decoraban, tampoco podía ver a su mujer haciendo sus pasos hacia su cuerpo sin vida…

Al acercarse hacia Él, Tej pudo notar que su cuerpo estaba intacto. Los ojos abiertos, su ropa negra no reflejaba manchas de sangre, pero su piel reflejaba la palidez de la muerte… se arrodilló y lo tomó entre sus brazos, sus lágrimas escurrían y bañaban la cara del hombre que amó toda la vida , que reflejaba la falta de calor que daba el alma, … Le hablaba esperando alguna respuesta… Las manos de Khattar estaban frías, trataba de moverlo tratando de recuperar lo que sería imposible recuperar… Khattar estaba muerto…
- apurate hay que sacarlo de aquí -le dijo el familiar-

La mirada herida de Tej expresaba el dolor tan profundo que tenía en su interior: - vamos a enterrarlo, busca las herramientas que están en el establo, voy a sepultarlo para que los franceses no lo encuentren… para no permitirles exhibir su cuerpo mostrándolo como un trofeo de su victoria… no les voy a dar este gusto. -le contestó con su vos ahogada-

La rabia llenó su espíritu… la perdida era grande… Sin Khattar su destino se transformaría radicalmente, tenía que aceptar la perdida y salvar lo que se puede salvar… El hombre se fue con pasos acelerados, trajo las herramientas, llamó a dos familiares para que lo ayudaran. Cargaron el cuerpo sin vida de Khattar, y se dirigieron hacia el cementerio de la familia…

El camino era como todos los caminos que reciben en su distancia los pasos del dolor… caminos que dentro de sus entrañas van recibiendo recuerdos que la mente expresa al recordar a un ser querido que deja de existir… lagrimas que sueltan los ojos viendo internamente los momentos hermosos que nunca volverán… sonrisas, charlas, amores, abrazos, planes, sueños y cariños... Los disparos y los explosivos rompían con su ferocidad la transparencia de la calma que caracterizaba aquel pueblo… el humo que llevaba bajo sus alas el olor de la muerte cubría buena parte de Rashaya… el sol trataba de difundir su calor acariciando con sus rayos la nieve blanca del monte Hermón, pero al llegar a tocar las espesas nubes de humo, aquellos rayos se fatigaban y se desvanecían… Rashaya parecía un territorio fantasmal, a sus callejones y senderos les hacía falta la fiesta matutina de los cultivadores artesanales, la sonrisa de su gente, la alegría de recibir un día primaveral, la boda de olores de las rosas, los jazmines mediterráneos, los claveles y la lavanda, de los manzanos, perales, almendros, cerezos y ciruelos…

Tej caminaba atrás de los tres hombres que cargaban el cuerpo del líder muerto… llegaron al lugar donde enterraban a sus seres queridos, iniciaron el trabajo con un silencio interrumpido por el ruido de la tierra que abría su pecho para recibir a un hijo que dio su vida por ella…

Las palabras no salían, sus gargantas estaban secas por la angustia de la perdida de aquel hombre… por la derrota… por las familias que esperaban a sus seres queridos que tuvieron el mismo destino de Khattar… por el miedo a lo que le esperaba a Rashaya cuando los franceses inicien su venganza… sentían que la muerte circulaba como una tormenta…

Colocaron el cuerpo y lo cubrieron con una cobija, antes de derramar la tierra encima para que lo abrazara… ayudaron a Tej para levantarse, parecía que se le había olvidado que tenía que salir del pueblo… ella quería estar más tiempo al lado de aquel lugar que recibió en su corazón a Khattar…

Ward y el resto del linaje la estaban esperando… no hay tiempo para los sentimientos… hay que salvar a los que están vivos…

La muerte es una ley como la vida misma… es otra manera para vivir… es otra manera para liberarse…. es la libertad absoluta….es el comienzo como podrá ser el fin también…. muchos siguen viviendo después de morir, y muchos están muertos mientras vivan…

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1 comentario:

Campanita de BarZaires dijo...

Aleksander, es impresionante la forma de hacernos vivir tus escritos, estoy completamente de acuerdo con la última estrofa, porque hay gente que no muere jamás, es más parece que el tiempo aún los mantiene más vivos cuanto más pasa, como si renacieran constantemente y como si la vida más allá de la vida se creara a cada paso, eso ocurre con alguna gente que es especial, aquellos que su ausencia es tan grande que duele a cada segundo que pasa, por todo lo demás me quedo sin palabritas ante los hechos, lo escribes como si lo hubieras vivido en cada sentimiento de cada persona, y es que las cosas cuando duelen es como morir un poco en cada instante.
Un beso muy grande.