martes, 28 de abril de 2009

Capitulo 6

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Los franceses, con toda su experiencia en las guerras, estaban a punto de perder el fortín. Pero la ayuda estaba en camino, les dieron órdenes para que resistieran… Por el otro lado, cada vez eran menos los hombres del levantamiento, muchos trataban de tapar sus heridas, otros estaban con la misma mirada congelada de Khattar, otros, buscaban como salir con vida, el levantamiento estaba en problemas serios.

Se les agotaron las municiones… aun que estaban a punto de ganar, el destino les jugó mal... nunca pensaron que en aquel día, un refuerzo militar estaba en camino a Rashaya para seguir después hacia Siria.

Les avisaron que el contingente ya estaba cerca… Un grupo pequeño de los miembros del levantamiento, con los pocos municiones que les quedaban dejaban la zona del fortín y tomaron otras posiciones para tratar de hacerle perder al contingente en camino algunos hombres… sembrarles el pánico….pero toda estrategia que estaba en mente tenía un solo destino: el fracaso… Khattar estaba acostado en aquel callejón que frecuentaba todos los días. Él no podía disfrutar más de las rosas y los jazmines que lo decoraban, tampoco podía ver a su mujer haciendo sus pasos hacia su cuerpo sin vida…

Al acercarse hacia Él, Tej pudo notar que su cuerpo estaba intacto. Los ojos abiertos, su ropa negra no reflejaba manchas de sangre, pero su piel reflejaba la palidez de la muerte… se arrodilló y lo tomó entre sus brazos, sus lágrimas escurrían y bañaban la cara del hombre que amó toda la vida , que reflejaba la falta de calor que daba el alma, … Le hablaba esperando alguna respuesta… Las manos de Khattar estaban frías, trataba de moverlo tratando de recuperar lo que sería imposible recuperar… Khattar estaba muerto…
- apurate hay que sacarlo de aquí -le dijo el familiar-

La mirada herida de Tej expresaba el dolor tan profundo que tenía en su interior: - vamos a enterrarlo, busca las herramientas que están en el establo, voy a sepultarlo para que los franceses no lo encuentren… para no permitirles exhibir su cuerpo mostrándolo como un trofeo de su victoria… no les voy a dar este gusto. -le contestó con su vos ahogada-

La rabia llenó su espíritu… la perdida era grande… Sin Khattar su destino se transformaría radicalmente, tenía que aceptar la perdida y salvar lo que se puede salvar… El hombre se fue con pasos acelerados, trajo las herramientas, llamó a dos familiares para que lo ayudaran. Cargaron el cuerpo sin vida de Khattar, y se dirigieron hacia el cementerio de la familia…

El camino era como todos los caminos que reciben en su distancia los pasos del dolor… caminos que dentro de sus entrañas van recibiendo recuerdos que la mente expresa al recordar a un ser querido que deja de existir… lagrimas que sueltan los ojos viendo internamente los momentos hermosos que nunca volverán… sonrisas, charlas, amores, abrazos, planes, sueños y cariños... Los disparos y los explosivos rompían con su ferocidad la transparencia de la calma que caracterizaba aquel pueblo… el humo que llevaba bajo sus alas el olor de la muerte cubría buena parte de Rashaya… el sol trataba de difundir su calor acariciando con sus rayos la nieve blanca del monte Hermón, pero al llegar a tocar las espesas nubes de humo, aquellos rayos se fatigaban y se desvanecían… Rashaya parecía un territorio fantasmal, a sus callejones y senderos les hacía falta la fiesta matutina de los cultivadores artesanales, la sonrisa de su gente, la alegría de recibir un día primaveral, la boda de olores de las rosas, los jazmines mediterráneos, los claveles y la lavanda, de los manzanos, perales, almendros, cerezos y ciruelos…

Tej caminaba atrás de los tres hombres que cargaban el cuerpo del líder muerto… llegaron al lugar donde enterraban a sus seres queridos, iniciaron el trabajo con un silencio interrumpido por el ruido de la tierra que abría su pecho para recibir a un hijo que dio su vida por ella…

Las palabras no salían, sus gargantas estaban secas por la angustia de la perdida de aquel hombre… por la derrota… por las familias que esperaban a sus seres queridos que tuvieron el mismo destino de Khattar… por el miedo a lo que le esperaba a Rashaya cuando los franceses inicien su venganza… sentían que la muerte circulaba como una tormenta…

Colocaron el cuerpo y lo cubrieron con una cobija, antes de derramar la tierra encima para que lo abrazara… ayudaron a Tej para levantarse, parecía que se le había olvidado que tenía que salir del pueblo… ella quería estar más tiempo al lado de aquel lugar que recibió en su corazón a Khattar…

Ward y el resto del linaje la estaban esperando… no hay tiempo para los sentimientos… hay que salvar a los que están vivos…

La muerte es una ley como la vida misma… es otra manera para vivir… es otra manera para liberarse…. es la libertad absoluta….es el comienzo como podrá ser el fin también…. muchos siguen viviendo después de morir, y muchos están muertos mientras vivan…

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sábado, 25 de abril de 2009

Capitulo 5

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Khattar esperaba el acercamiento de sus compañeros para seguir la otra etapa. El sol anunciaba su llegada, el monte Hermón lo escondía atrás y con la ceremonia del color azul profundo que se tornaba mas claro con el paso de los minutos que le daban el camino… Kattar necesitaba la escalera hecha a mano de troncos de roble para poder subir, y así buscar entrar por una de las ventanas que tenía el muro y de las cuales disparaban los franceses.

Mientras que unos cubrían disparando contra los franceses, los hombres de la escalera se movían con rapidez, y los treinta metros parecían toda una eternidad, una distancia infinita... al fin llegó la escalera, que estaba salpicada por la sangre de tres compañeros que cayeron bajo el peso de las balas francesas disparadas por aquellos soldados; no hay tiempo para pensar en ellos, la muerte en una batalla es un honor sagrado… levantaron la escalera y la apoyaron contra el muro del fortín.

Khattar empezó a subir, pero Él no veía que a tres metros de él, había una boquilla de un fusil francés famoso y conocido como el “treinta y seis”, del cual sale un disparo. Sentía Khattar que algo lo atravesó, pero no entendía por un segundo lo que le sucedió; instantáneamente perdió la fuerza en sus manos y piernas, el disparo lo atravesó entrando por el hombro derecho y salio por la cadera pasando por la área de los pulmones y el estomago destruyendo su cadera izquierda. El cuerpo, sin la fuerza con la que contaba aquel valiente hombre se desplomó.

Sus compañeros lo recibieron, lo acostaron, mientras que otros trataban de reemplazarlo… la perdida era significativa. Khattar, agonizando le pidió a un familiar que entregara su arma a su familia, una tradición muy común, y el arma se entrega en general al mayor de lo varones.

… Khattar sentía mucha sed, pidió agua, la sangre salía de su boca dificultando su respiración, sus ojos se congelaron, su mirada vacía indicaba su asenso al oriente eterno… Su compañero trataba de animarlo, pero en vano, Khattar ya se había despedido de su familia, sabía que iba a morir, sabía que no iba a ver más a su amada Ward, a su esposa Tej y a sus pequeños...

Todo estaba listo en la casa de Khattar para empezar la odisea. Escapar en el caballo con los niños con lo que podían cargar. Tej contemplaba el interior del baúl sacando las esterlinas… encontró cosas que la hacían recordar a Khattar y los momentos felices. Eran felices y vivían bien. Ella sentía un vació interno, lagrimas inevitables salían de sus ojos, sentía que Khattar la estaba llamando, la necesitaba, lo sentía cerca…

En este instante escuchó una voz conocida de un familiar que tocaba la puerta llamándola… Ella, cargando a Ward, hizo los pasos más largos y angustiados de su vida y parecía la distancia para llegar a aquella puerta, infinita… La abrió y encontró a un hombre, con su ropa impregnada de sangre. Lo miró a la cara, y los ojos decían todo. Ella en un instante se le nubló la mente, y trataba de mantenerse parada, y con una voz que se ahogaba y apenas podía salir, le preguntó:

- ¿dónde está Khattar?.

El hombre que trataba de respirar, entre el dolor por la pérdida y el cansancio, le hizo una seña para acompañarlo, contestó:

- no pude cargarlo más, ayúdame porque lo dejé cerca de aquí en el callejón – y empezó a llorar también-.

Ward dejó su sonrisa acostumbrada, sintió algo. Su madre la entregó a su hermano de ocho años y les pidió quedarse dentro de la casa…

La angustia se transmite, el dolor interno viaja a través de nuestros movimientos... el idioma del alma y de los sentimientos es universal, se entiende sin la necesidad de explicaciones... A su corta edad, los hijos Khattar lloraban la muerte de su padre.

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martes, 21 de abril de 2009

Capitulo 4°

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Los hombres del levantamiento tomaban sus posiciones. Los soldados de la vigilancia, algunos estaban dormidos… dos de ellos estaban fumando frente a la puerta gigante de madera, los distinguían por la luz que emitían al disfrutar de sus últimos sorbos de humo…
Khattar y sus hombres no veían a los demás vigilantes, pero igual querían seguir. El sudor frió bañaba sus frentes, se les temblaban las manos, la reacción típica del cuerpo humano antes del primer disparo. El silencio era total, todos estaban a la espera…

Khattar apuntó hacia uno de los fumadores, su compañero hizo lo mismo con el otro, la distancia no era nada grande, veinte metros apenas; y como acordaban todos disparaban en el mismo tiempo… Dos soldados en el piso agonizando.

Después de que el estruendo de los disparos cortaba el silencio y destrozaba la trayectoria que los separaba de aquellos fumadores, la batalla empezó.

Los hombres del levantamiento disparaban hacia cada hueco de las trincheras de las torres, de las cuales salían los relámpagos de fuego de las boquillas de las armas francesas… algo que engañó a los soldados franceses y los confundió, podían ver de dónde venía el fuego, pero no alcanzaban a ver a Khattar y su dos compañeros, ellos estaban por debajo del muro al lado de la puerta gigante de madera…

Los compañeros de Khattar procedieron a bañar la madera con el querosén, Khattar prendió el fuego, la madera inmunizada con brea empezó a arder… los soldados no podían abrirla, tampoco apagar el fuego que la consumía, la luz del fuego hizo de los soldados franceses un blanco fácil para los hombres del levantamiento…
hombres valientes y de buen ojo para el tiro, sabían que no tenían suficiente municiones, por lo tanto, no podían darse el lujo de disparar por disparar… el fuego iluminaba la zona y el humo negro cubría la parte alta del fortín , algo que obligo a los franceses concentrarse en una de las torres para poder disparar…
El silencio dejo de ser la ausencia del ruido, las ráfagas que daban los fusiles franceses semiautomáticos, rompían cualquier silencio… la mezcla del cansancio, el miedo y la incertidumbre son muy peligrosos durante una batalla, más aun cuando se trata del factor sorpresa…

Los hombres del levantamiento disparaban hacia toda boquilla de la cual salía la llama de los disparos y las silenciaban para un rato… les daban a los soldados en el pecho, en la cabeza, en los hombros, casi todos eran hombres muertos…
Los soldados no podían bajarse del fortín por ningún lado para rodear a los que estaban disparando. Trataban de moverse pero no podían, buscaban la manera para subir alguno de los cañones que tenían pero les fue imposible… sabían que la rabia del pueblo es seria, sabían también que la voluntad de los pueblos es inquebrantable… los pueblos que buscan su libertad se aferran al destino para tenerla sin importar el costo… Los franceses tenían la experiencia y el recuerdo, aun después de muchos años, de su propia Revolución Francesa…



En las casas de Rashaya, nadie prendía las velas o las mechas de las farolas de querosén como era de costumbre. Las mujeres cubrían y animaban a sus pequeños.

Ward con su madre tampoco podían dormir, estaban escuchando todo… el corazón de la madre de Ward tenía un presentimiento que la mortificaba; sentía que su vida iba a cambiar para siempre.
El olor de la muerte, del desastre, lo percibía con su mente y corazón. Miraba la cara de Ward, sentía algo raro, una corazonada, de inmediato trataba de sacar la idea de su cabeza…

La batalla afuera entró en un grado más intenso. Empezaban a sonar los explosivos fuertes, las paredes y las ventanas hacían ruidos agudos y temblaban... Su preocupación por Khattar llegó a su tope, sentía que los hombres del levantamiento iban a ser liquidados… Y así Tej, empezaba a prepararse para la huida. Los pequeños, que se despertaron horrorizados, preguntaban por su padre; el miedo los hacía sentir la necesidad de ser protegidos; su padre no estaba en casa en el momento que más lo necesitaban.

El mayor de ocho años abrazaba a su hermano y sus dos hermanas y los calmaba como todo un hombre, pero no era suficiente, su madre empacaba la ropa, la comida y otras cosas.

El niño miraba con sus ojos que hacían muchas preguntas, pero sin mencionar ni una sola palabra…. “El que no entiende con la mirada no entenderá con las palabras”, dice un viejo dicho árabe… los ojos hablan el idioma del alma, reflejan los pensamientos y los sentimientos…



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sábado, 18 de abril de 2009

Capitulo 3°

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La calma de aquella noche era total y profunda. Esta pronosticaba lo que se avecinaba…

Ward con su madre, sentadas en el suelo al lado de los pequeños dormidos. El sueño no encontraba camino para apoderarse del tedio que envolvía sus corazones; las lágrimas de su madre caían lentamente, como caen las gotas del rocío de los pétalos, y su angustia cada vez se volvía más aguda; se le dificultaba la respiración...

Ward no quería dormir, la acompañaba, y percibía su angustia; levantaba sus brazos pequeños para alcanzar la cara de su madre, tratando de expresar algo, gesto que ayudaba a aumentar el miedo y la angustia de Tej...

Llegó Khattar en su caballo al lugar acordado con los demás hombres. Todos estaban con sus armas personales; ellos sabían que aquellas armas no eran tan sofisticadas como las de los franceses, pero siempre tenían la fe de que funcionarían por ser manejadas por ellos…

... la fe mueve montañas, la persistencia cambia y transforma el destino…. el animo de conquistar la libertad anhelada era profundo sin importar el costo…. libertad o muerte y que el enemigo escoja entre la salida con vida o la muerte será su destino…
Le entregaron a Khattar la bandera y le informaron cuantos hombres eran, y que todos estaban preparados para la batalla….

En aquel momento no podía Él verles las caras; los distinguía por sus voces; la luna empezaba a abrir el camino para esconderse detrás de la montaña; Él percibía los ánimos decididos, no había marcha atrás; libertad o muerte; sus nombres serán escritos en las paginas de honor de la historia de aquel territorio, sus familias estarán orgullosas de ellos, serán héroes para siempre, las generaciones por llegar llevarán en su pecho el honor de ser sus nietos y bisnietos…

Khattar, con su voz fuerte, les ordenó:

- a la carga hermanos… con cautela… daré la señal para atacar a la guardia… cualquier error sería fatal… no hay muchas alternativas... morir o vivir dignamente…. si muero no seden, siguen el ataque… somos los dueños de nuestro destino… la fe que hemos heredado generación en generación sobre la hora y el destino es nuestra fortaleza: “ al que le llega la hora, dios lo tendrá en su gloria y se reencarnará, y el que queda vivo, que siga el camino de la batalla y que acabe con el enemigo…”… somos drusos y no le tenemos miedo a nadie, sino, a un dios… para adelante hombres valientes… para adelante héroes del monte Hermón… - fueron las últimas palabras de Khattar, que llenaban el lugar y levantaban el ánimo para la batalla.


La marcha era lenta y cautelosa; el castillo que fue construido por los Bizantinos, para ser después reconstruido en la época de las Cruzadas, y después por los Shihabies, por su posición estratégica entre Damasco y las tierras de Palestina y por estar al frente del monte Hermón. Aquel fortín tenía una puerta de madera gigante y era necesario derrumbarla para poder entrar…

Los hombres del levantamiento no tenían explosivos ni pólvora para hacerlos. Lo único que tenían era una lata de querosén para bañar la madera de la puerta y encenderla.

Los soldados franceses estaban exhaustos, no reaccionarían tan rápido como se acostumbraba; dos hombres se encargarían del querosén, Khattar pondría el fuego, y para eso preparó un pedazo de tela envuelto alrededor de un palo de roble, y lo untó con querosén y aceite. Para poder llegar a la puerta gigante del fortín había que asegurarse de los vigilantes, la mayoría de ellos estaban dormidos por el cansancio.

Los soldados franceses aplicaban y cumplían con las ordenes para arrasar con pueblos enteros, quemar su trigo y su cebada, robarles su ganado y disparar a sus mulas como diversión, pegar y mal tratar a los habitantes y sembrar el pánico en sus corazones, desplazarlos y convertirlos en refugiados en su propia tierra, capturar a los jóvenes y llevarlos a las cárceles... pero, nunca lograron quitarles la valentía y el espíritu luchador por la dignidad y la honra, tradiciones heredadas desde hace más de nueve siglos… el corazón de un druso no conoce el miedo…

La presión causa la explosión. La opresión compacta el odio y lo lleva a manifestarse en formas variadas y en actitudes y acciones… todo influyó en el espíritu del levantamiento popular y colmó las copas de la paciencia y la tolerancia y fue el detonante principal…

jueves, 9 de abril de 2009

Capitulo 2°

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Las noches primaverales en Rashaya eran hermosas, eran para reunirse a disfrutar de un Mate (una bebida Argentina que llegó a los finales siglo XIX, y sigue siendo una tradición en aquellos pueblos Drusos), y de una cena campesina: “labne” ( kumis hecho de leche de oveja, de cabra o vacuna) bañado con aceite de oliva virgen, queso de cabra salado, aceitunas, orégano silvestre secado y molido con otros ingredientes mezclado con aceite de oliva (zaatar), variedades de verduras silvestres recogidas durante el día, con un pan árabe horneado hecho de la harina de trigo producido por aquellas tierras; este lapso de tiempo era para la tertulia, como también, para organizar las labores del otro día, evaluando lo que se hizo durante el día, con el sazón de algún nuevo chisme alegre, o de noticias graves como lo que iba a suceder en aquella noche…

El padre de Ward, Khattar, un hombre conocido, era el que traía el dinero de los sueldos de los turcos antes de la ocupación francesa después de la Primera Guerra Mundial; un trabajo, en aquella época, que era para los verdaderamente valientes, para los que no temían a la muerte, y por supuesto, con la capacidad de defender la carga que venía encima de los lomos de los caballos. Era un trabajo con mucho riesgo, y a él que iba siempre solo, nadie se atrevía a cruzar en su camino y los ladrones de aquella época sabían que meterse con él era algo casi imposible.

Khattar estaba preocupado aquella noche, se le notaba la angustia… tenía noticias desagradables, esperó hasta que sus pequeños fueran a dormir, para comunicar a su esposa Tej (Corona, en árabe) la mala noticia:

- hoy fui elegido el Porta Estandarte para liderar el levantamiento – dijo él- me honraron con este cargo, la libertad no se negocia con nadie; nacimos libres para vivir con dignidad y integridad. la vida es corta pero hay que vivirla con orgullo y con el frente en alto, hay que hacer algo, no podemos seguir agachando la cabeza. la cobardía es un mal que paraliza nuestro espíritu, anhelamos nuestra libertad sin importar el precio que hay que pagar por ella...

Preocupada con lágrimas en los ojos, con las manos cubriendo su cabeza, su esposa Tej, le responde:

- ¿qué vamos a hacer si el levantamiento es aplacado por los franceses? ¿qué haremos con los niños, y que pasará con ellos, con Ward?, ¿Qué pasara con Rashaya y su gente?...

Khattar pasó su mano por su bigote, arregló su turbante blanco, la miró con sus ojos verdes, con una fe de que la decisión ya estaba tomada y los preparativos estaban en marcha… los hombres del pueblo ya estaban con los preparativos y sus armas ya estaban listas, le replicó:

- nacimos para vivir dignamente y para morir dignamente… morir hoy dando la libertad a todos, será mucho mejor que vivir cien años humillados… lo que está escrito, escrito está… el destino nos trajo a los franceses y el destino con nuestras manos, se encargara de ellos… ellos tendrán que entender que los pueblos tienen derecho a la vida digna, a la libertad… somos los dueños de nuestro propio destino… no nos dejaron otra alternativa…

Pasó su mano al bolsillo de su saco negro, para sacar algo que tenía allí:

- Aquí está la llave de mi baúl, tengo las monedas de oro allí… si me llega a pasar algo, tomaras el caballo e iras hacia el norte. te lo dejo preparado para que tenga una salida rápida del pueblo… esta madrugada, iniciaremos el ataque… cuide a los niños…

Destruida, secaba sus lágrimas que cubrían sus mejillas y con un fuego en el corazón, lo miró, con aquella sensación que el corazón dicta y le dijo:

- te estaremos esperando, nuestra vida sin ti no tiene sentido… en el destino nuestro está escrito vivir estos momentos… no podemos cambiar nada… tengo miedo del mañana, acuérdate de tus palabras que siempre repites: “del centro de las dificultades nacen las soluciones”…

Khattar la abrazó, puso su mano encima de su cabeza y le dijo:

- estaré con ustedes siempre… te deje unas semillas que son nuestros hijos, cuídalos… quiero que sepan los pequeños que la libertad tiene una puerta, su llave la tienen los que la anhelan y se abre con el sacrificio, para que los otros sigan el camino…

Caminó hacia los niños dormidos en el suelo en los colchones de lana; la luz de la luna llena iluminaba sus caras, los abrazó, los besó, levantó a su pequeña Ward, la acercó hacia Él, con un largo beso en su frente y con una lágrima que se escapó se despidió…

Pero, Ward no podía despedirse dormida, lo miró en los ojos y le regaló su acostumbrada sonrisa angelical con gestos de alegría, como si fuera una despedida especial en el honor de su padre….

Khattar el hombre respetado en su pueblo, el Porta Estandarte del levantamiento, un hombre de ojos verdes, con bigotes color castaño bien cuidados, el hombre del turbante blanco, cuerpo alto atlético, algo que le daba una majestuosidad… era la admiración de todos, cabalgaba en su caballo árabe de color blanco, el cual era famoso en el pueblo de Rashaya por su marcha sincronizada, con sus pasos finos orgulloso de su jinete…. Khattar no pudo evitar abrazarla después de su sonrisa, la entregó a su madre, secó sus lagrimas, agarro su arma, puso su cinturón con las municiones y camino hacia su caballo preferido, no sin antes, hacer una ultima mirada hacia la casa viendo a Ward con su madre despidiéndolo en la puerta...

viernes, 3 de abril de 2009

Primera Parte. Capitulo 1°






En 1925, Rashaya era un pueblo alegre cerca del monte Hermón (Haramun)… sus casas que adornaban aquellas colinas fueron construidas de piedras talladas con techos de barro; sus habitantes personas pacificas, buenos anfitriones, de tradiciones árabes natas, dedicados a la agricultura tradicional…

en sus senderos de piedras pulidas, los encuentros permanentes de aromas de las rosas, los jazmines mediterráneos, los claveles y la lavanda, daban la bienvenida a la existencia misma del ser, y hacían del recuerdo algo inolvidable… y la brisa primaveral que llevaba en su espíritu las esencias que esparcían las flores de los manzanos, los perales, los almendros, los cerezos y las ciruelas, visitaba todas la casas y pronosticaba las futuras cosechas después de un invierno lleno de nieve que cubría todo el pueblo con su manto blanco …

La felicidad de Rashaya no era completa. La colonización francesa yacía con sus atropellos encima de aquellos territorios. Con sus garras asfixiaba las esperanzas, y encarcelaba la libertad… por las cosas insólitas que esconde el destino, en el comienzo de aquella primavera, se levantaba un movimiento libertador contra la ocupación francesa, que anhelaba una libertad -parecida a la mencionada en el eslogan de la Revolución Francesa: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”- , principios que no fueron aplicados por los mismos franceses durante la ocupación de aquellas tierras lejanas…

Ward (Rosas o flores en árabe) una niña que nació dentro de una familia conocida; en aquella primavera, cumplió los 6 meses… cara blanca angelical, sus grandes ojos árabes de color negro, marcados por unas cejas delineadas a la perfección, cabello castaño, con una sonrisa alegre a través de la cual expresaba sus ganas para vivir;… Su madre una mujer matriarca, trabajadora, dedicaba su tiempo a los oficios relacionados con las tierras que tenían… la cargaba durante el descanso y la bendecía, porque Ward, era de una belleza que no se veía con mucha frecuencia entre los nacidos en aquellos tiempos… parecía una pintura, tenía una perfección fisonómica que llamaba la atención...

Los Soldados francesas llegaban al Castillo del pueblo para descansar de las batallas liberadas en Siria… porque allá por el otro lado del monte Hermón, un líder druso: Sultan Pasha al-Atrash, declaró la guerra contra la ocupación, y prácticamente tenía ganada la guerra… gran cantidad de luchadores esperaban su turno para participar en el levantamiento por la libertad, para cuidar la honra de sus familias y liberar sus tierras… los franceses no contaban con mucho apoyo popular. Eran detestados por la gente, por oprimir a aquellos pueblos campesinos que no representaban ningún peligro al nivel político o militar, vejándolos, humillándolos o tiranizándolos… Aquellos pueblos orgullosos de sus tradiciones, llegaron a tomar aquella difícil decisión, y fue, la lucha hasta liberar el último rincón de aquellos territorios…




En Rashaya empiezaban los preparativos del levantamiento… Ward no entendía lo que pasaba, y seguía con su sonrisa angelical… Ward no sabía lo que la esperaba, pero igual seguía alegre. La preocupación de su madre que contemplaba los árboles frutales llenos de flores en su boda anual… miraba hacia el cielo, rezaba para que la “ayuda divina” se encargaba de solucionar el inevitable conflicto… acariciaba los pelos castaños de Ward, a lo cual la pequeña respondía con su acostumbrada sonrisa, alzaba las manos para que la abrazaba con la intención de recibir el calor de su cariñosa madre… apenas se la acercaba hacia ella, Ward se aferraba a su cuello, dejaba descansar su cabeza encima del hombro, cerraba sus ojos, respiraba profundamente y seguía sonriendo…


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Continua...




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miércoles, 1 de abril de 2009

... Primero de Nisan




… siempre el primero de Nisan (abril) ha sido una fecha especial.


… desde mi niñez hasta hoy me ha marcado… no solo por ser una fecha que disfruto como una llegada oficial de la Primavera, donde los árboles, en muchas ocasiones engañados por el calor, se visten de blanco y rosado, dando esa sensación nupcial de la tierra con el sol, sino, es el día del nacimiento de mi hermano.


… un hermano, que siempre su presencia es muy especial,


… y cuando quiero hablar de hermano, esta tarea se convierte en una sensación donde lo que quiero decir es mucho, la tinta de las plumas no alcanza, y los dedos se paralizan.


… solo me salen unas cuantas letras que alcanzo robar a mi corazón: Tarek, eres alegre como la primavera, cálido como el verano, generoso como el otoño y noble como el blanco de la nieve del invierno.

… Feliz Cumpleaños hermano mío.


… por parte de Maksim, Valeria y el mío propio, reciba un inmenso abrazo como el océano, infinitos besos como el universo, acompañados con nuestros mejores deseos para ti.
…Gracias por existir hermano mío.

… y en esta fecha especial, he querido darle un renacimiento nuevo a mi amado Blog “Mi Flor de Nisán”. Y es amado, no solo por lo que significa su título. Y no solo por el motivo del mismo (algo que el viento se llevó entre sus brazos, y las olas del mar fueron borrando aquella palabra que fue escrita en la arena, mientras que dos corazones la escribieron en sus tejidos)

... Si no tambien, por la historia, por el linaje, por mi poeta y la luz de mis ojos: Makism.


…y por el sueño que quiero compartir y hacer ver… es el comienzo de un nuevo reto, espero que lo disfruten.

… en estos días se publicará la Primera Parte y el Primer Capítulo,


… la historia seguirá sus pasos implacables, sin parar, con las fuerzas del destino que la empujan.


… “la historia se repite, pero en condiciones diferentes y con expresiones diferentes, pero se repite…”, como expresa el Historiador y el Escritor egipcio, Mohamed Hassanein Heikal.


… es una expresión en el tiempo y un suspiro en el éter del Universo.


… espero sus comentarios y correcciones, de los cuales aprendo para seguir inspirándome, corrigiéndome, y para seguir los pasos del eterno aprendizaje, porque, al fin “somos eternos aprendices…”


… Bienvenidos


Aleksander K. Nagi S.
* La Foto: de Internet